Lecturas imprescindibles para escribidores sumergidos por la estructura,
hiperrealistas crónicos y por que no, críticos literarios.
Inmiscuirse en la obra crítica primera de Cortázar, resulta una
refrescura con notas de comienzo, un cambio de algo más que pieles y un volver
pero sin perder el esqueleto u olvidar el camino andado en el intento, y aunque
las apreciaciones siempre distarán unas de otras según el receptor, estas
líneas van desarrollandose con total alegría, resultado de mezclar esa
liberación casi palpable que otorga el autor en su ensayo y la intactitud
propiamente dicha llamada experiencia, que cargaremos por siempre.
Invito entonces a quien guste, a disfrutar del texto, y no solo se
resuma a leer y quizá analizar, sino que a su vez, libere esa pluma para hacer de esta crítica
analítica y manifiesto literario también un ejercicio experimental.
Con apenas quince páginas
leídas ya comenzaba a sentir mis dientespalabras de leche volver a caer, y
claro, no resultará absolutamente nada para quienes no pueden aún hallar detrás
de cada grieta la ventana de posibilidades que con decencia se abre a la vez
que inyecta anticuerpos y desprende permisos para toboganear expresiones una
vez y otra mas. Así van llegando los
conceptos, de la mano, con las ganas de garabatear en el escaparate de los
moldes aprovechando la norutina. Esa idea más o menos es la que se va
implantándo a lo largo de este proyecto y que poco a poco por puro disfrute iré
compartiendo.
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