Para hablar hoy de la mujer en el Arte como sujeto; grandes y muchas mujeres,
anónimas mujeres y pocas recuperadas del pasado, debieron hacer un arduo camino
de años, de siglos…
Por lo que encontrarse a veces
laureando presente es recortar la lucha y la historia misma de la que pocos y tal vez pocas también…
reparamos.
¿Por
que palabras como Genio o Musa cuadran tan “normalmente” con un genero
determinado, o por qué decir artista suena a estética femenina a maquillajes y a
actrices?
El
vuelco de las obligaciones y las expectativas para el hombre y la mujer.
Biológicamente, hasta hace no mucho tiempo atrás se
basaba la desigualdad sosteniendo que el cerebro de la mujer era más pequeño,
físicamente constituida para dar a luz inhibiendo la posibilidad de crear y
nacida para obedecer más que para mandar, así su lugar en las artes plásticas
seria el de copista esforzada pero nunca el de creadora. Su estilo, un reducto
inmutable relacionado solo con formas redondas, con el sentimentalismo, con
colores suaves y sinònimo de decoración y blandura, sellaban de esta forma su
capacidad a partir de su condición. El Ser Mujer.
Una
carrera llena de obstáculos, la Mujer como "Sujeto" del Arte.
Claude
Lèvi-Strauss afirmaba, “Todos los seres humanos sin excepción poseen un
lenguaje, una tècnica, un Arte…” negar esta capacidad artística es negar su
condición humana.
Hasta
el siglo XIX se insiste en su castidad y pureza, como si el hecho de tener dotes
que las asemejen a los hombres, implicase una pèrdida de su esencia femenina,
siendo la realización artística un camino plagado de prejuicios, donde solo
aquellas con la fuerza y la inteligencia suficiente para situarse fuera de lo
tradicional, llegarían a ser artistas -heterodoxas artistas- así, la mujer en el
arte; modelo, cuerpo, objeto de deseo donde hombres posan miedos y miradas,
fuente de toda inspiracion, ve la lenta transformación de la mujer, como sujeto,
como artista y creadora del arte.
“Si
debo obedecer a la ley de los contrastes que gobierna el orden físico y moral
del universo, estoy obligado a colocar en la clase de mujeres peligrosas para
los hombres de letras, a la mujer honesta, a la intelectual y a la artista (…) Y
debido al hecho de que todos los verdaderos escritores llegan a experimentar en
un momento determinado, un intenso horror hacia la literatura, es que yo no
admito para estas almas orgullosas y libres, para estos espíritus fatigados que
tienen siempre necesidad de descansar en su séptimo día, mas que dos clases de
mujeres posibles, las adolescentes, o las analfabetas; el amor, o el puchero.
Hermanos míos, ¿es necesario explicar ahora las razones? Baudelaire
“La
mujer que amaba el arte, corría cuanto podía inspirando desconfianza, temor,
aunque también fascinación, sujeta al origen de todo mal, atada a la estabilidad
y reproducción del orden social. Suave, fuerte, firme, la otra mitad presente,
que surge como impulso creativo y percepción diferente… Santas, putas, brujas,
niñas, cortesanas, esclavas y diosas surgen al arte como creadoras… Mujer y
arte, maldición o bendición?”
Andrea
Crosa
Mujeres en el Arte, Amparo Serrano
Charles Baudelaire, consejos a los jóvenes escritores
Historia de Mujeres, Rosa Montero El libro de las mujeres,
Ana Maria Shua